Radiadores para automóviles, camiones, tractores y toda clase de maquinaria, en Madrid. Radiadores de vehículos. Servicio reparación de radiadores. Porsche. Ferrari. Renault. Volkswagen. Seat. Toyota. Mercedes. BMW. Volvo. Audi.
Radiadores para automóviles, camiones, tractores y toda clase de maquinaria, en Madrid. Radiadores de vehículos. Servicio reparación de radiadores. Porsche. Ferrari. Renault. Volkswagen. Seat. Toyota. Mercedes. BMW. Volvo. Audi.

Limpieza de radiadores de vehículos

Limpieza de radiadores de vehículos en Madrid.

En Yayter estamos especializados en la limpieza, reparación y acondicionamiento de los radiadores de vehículos. Tenemos más de 40 años de experiencia en el sector de la automoción.

El radiador es uno de los elementos más importantes que forma parte del sistema de refrigeración de nuestros vehículos y por tanto esencial para garantizar el buen funcionamiento del motor.

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El rendimiento del motor está directamente relacionado con la actividad y el estado del radiador, por lo que llevar bien acondicionado el mismo es vital a la hora de alargar la vida útil de éste y de optimizar el rendimiento de nuestro vehículo.

No conviene olvidar que el sistema de refrigeración de nuestro vehículo es otro elemento de seguridad, por lo que llevarlo limpio y en buenas condiciones nos evitará sustos y posibles peligros en la conducción debido a un al funcionamiento del mismo.

 

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En esta imagen podemos ver la suciedad que acumula un radiador a lo largo de su vida útil. Esto provoca que el motor de nuestro vehículo no esté correctamente refrigerado, poniendo en peligro el rendimiento y la vida del mismo. En Yayter aconsejamos que de forma periódica se revise el funcionamiento del radiador de nuestro vehículo, y al mínimo síntoma de mal funcionamiento, acudamos a nuestro taller de confianza.

 

Por qué es importante una buena refrigeración del motor.

Durante la combustión, parte de la energía generada no es convertida en energía mecánica y se disipa en forma de calor. Según el diseño del motor alrededor del 33% de la energía potencial del combustible se transforma en trabajo mecánico, y el resto se transforma en calor que es necesario disipar para evitar comprometer la integridad mecánica del motor.

El sistema no solo debe limitar la temperatura máxima del motor para evitar daños al mismo, sino también mantener la temperatura óptima de funcionamiento que, dependiendo del diseño del motor, se encuentra en el rango de 80 a 100°C. De su buen funcionamiento depende en buena medida el rendimiento térmico del motor.

Si el motor trabaja por encima de su temperatura óptima, se corre el riesgo de disminuir la viscosidad del aceite y aumentar el desgaste del motor, se produce un recalentamiento de las piezas y una mayor fricción entre estas. También puede producirse detonaciones al encenderse la mezcla combustible antes de tiempo.

Si el motor trabaja por debajo de su temperatura óptima, se aumenta el consumo de aceite y el desgaste de las piezas, ya que éstas están diseñadas para dilatarse por efecto del calor a un tamaño determinado, se reduce la potencia por falta de temperatura para una combustión eficiente, se producen incrustaciones de carbón en válvulas, bujías y pistones